La escuela neoclásica es un enfoque económico basado en el análisis
marginalista y el equilibrio de oferta y demanda. Entre los supuestos de
enfoque neoclásico está que el comportamiento económico surge del
comportamiento agregado de individuos (u otro tipo de agentes
económicos) que son racionales y tratan de maximizar su utilidad o
beneficio mediante elecciones basadas en la información disponible.
Hoy
en día, el enfoque de la escuela neoclásica predomina entre los
economistas. Aunque existen muchas críticas a varios de los supuestos de
la escuela neoclásica, frecuentemente algunos de estas críticas han
sido incorporadas en nuevas versiones de la teoría neoclásica (por
ejemplo, la escuela neokeynesiana está basada tanto en principios
neoclásicos como keynesianos).
La economía neoclásica es el
producto de varias escuelas de pensamiento en economía. No todos están
de acuerdo acerca de qué se denomina la economía neoclásica, y el
resultado de esto es una amplia gama de aproximaciones neoclásicas a
varias áreas problemáticas y dominios; arrancando de las teorías del
trabajo a teorías de los cambios demográficos.
E. Roy Weintraub
expresa que la economía neoclásica se basa en tres cuestiones, sin
embargo algunas ramas de la teoría neoclásica pueden tener distintas
aproximaciones:
1. Las personas tienen preferencias racionales
hacia los resultados que pueden ser identificados y asociados con un
valor.
2. Los individuos maximizan la utilidad y las firmas
maximizan la ganancia.
3. Las personas actúan independientemente
en base a información completa y relevante.
Los iniciadores de la
escuela neoclásica son Carl Menger, Leon Walras, William Stanley
Jevons, Alfred Marshall y Knut Wicksell. Sus formulaciones, como todas
las de la primera escuela neoclásica giran en torno al principio de
utilidad marginal decreciente. Fundando el subjetivismo de la Escuela
austriaca, Menger se diferenció de sus contemporáneos considerando que
el análisis económico debería partir del análisis de las necesidades
humanas y de las leyes que determinan la utilización de los recursos
disponibles para satisfacerlas. A diferencia de la escuela clásica
considera que el valor de los bienes está determinado por el deseo y la
necesidad, y no por el costo de producción así como tampoco la cuantía
de trabajo que se haya empleado en producirlos.
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